»Come speak to me.
Cada vez que te veo llegar me pregunto
cuando te dignaras a volver a dirigirme la palabra o al menos a decirme
"Hola". Desde aquella conversación (en la que fui incluída, no porque yo quisiera) en la cual le dijiste a otra persona presente
"Si, es linda, lastima que tiene novio..." no volviste a hablarme ¿Será porque me puse
tan colorada que se hizo obvio el hecho de que me agradó -de más- el comentario? O quizás sea porque te salió mal
la jugada y esperabas algo más que nunca iba a llegar (no de mi parte) y sentiste que tu orgullo de
macho se fui al piso.
En sí, lo que realmente me frustra de toda esta situación es que
me ignores. Que no me saludes. Que te tildes mirándome. Que te me pares al lado. Que hagas chistes malos cerca mío. Que vengas a mi oficina y hables con cualquiera que esté ahí menos conmigo. Que te asomes desde tu oficina para ver que estoy haciendo... porque no soy tonta, me doy cuenta de que te asomas para eso. Meh! Me hago demasiado problema por nada. No lo vales y tampoco quiero que lo valgas, simplemente me hubiera gustado tener una buena relación laboral con vos ya que me habías caido bastante bien... Whatever! Ahora sentite un poquito más importante porque te ganaste una
entrada en mi blog.
¿Será que necesito del constante histeriquéo ajeno para valorar lo que ya tengo?