Y se fue nomás. Y problablemente drama-queenée por un tiempo hasta que lo supere o me olvide completamente de que esta persona existió.
Pero lo más patético es que me haya creado una historia, y hasta haya llegado a odiar a un flaco al cual apenas me cruzaba en el trabajo. Que encima, directamente me ignoraba a me llamaba Vale en vez de Vero.

Lamentablemente tengo que (con)vivír con mi síndrome de enamoramiento platónico y sufrir cada vez que la burbúja se rompe, como esta vez. Una vez más. Siempre termina igual.
Pero "you can't lose what you never had", dicen por ahí. Y la vida continúa...